jueves, 1 de enero de 2009

Por Tutatix, corrimus la San Silvestrum!

Y después de los recitales de Móstoles y Vicálvaro le llegó la hora a la diversión. Hacía mucho que no disfrutaba tanto con una carrera, porque no íbamos a competir ni a hacer tiempos sino a pasarlo bien y a divertir a la gente.
 
Llegamos Diego y yo nos pusimos el disfraz de romano y Astérix respectivamente. La gente no paraba de mirarnos y señalarnos. Algunos nos pedían hacernos fotos y hacerse fotos con nosotros. Mientras nosotros esperamos la llegada de Max (Obélix) y cuando llegó ya teníamos el grupo al completo. De repente los Hermanos Marx se hicieron una foto con nosotros y nos desearon suerte y minutos después llegó un inesperado personaje, Julio Cesar (Mario). Ahora sí, ya teníamos el equipo completo.
 
Tras hacernos una foto de grupo empezamos las fotos chorras, y fuímos a por Powerade (poción mágica) y entre bromas, risas y fotos entre nosotros y a otros corredores disfrazados empezó la carrera. Nunca me sentí más observado ni me habían pedido hacerme fotos; nuestro disfraz causó sensación.
 
Dimos inicio a la carrera haciendonos fotos y con gritos de "Por Tutatix, viva Roma, a por los romanos" continuamos la andadura. Nos cruzamos con gaiteros, pitufos, novias, otra vez los Marx, pollos, un avión, Fernando Alonso, elfos, submarinistas, el Duque y sus duquesitas con los guardaespaldas, un pequeño dragón escoltado por luchadores de sumo, más romanos y una caja de botellines de Mahou. Pero el culmen fue la llegada, los cuatros cogidos de la mano, en grupo cruzando la meta. Tardamos 1:16:17, a 7:38 min/km. La peor marca pero la carrera más divertida de todas. La gente de Vallecas sí sabe animar y sabe apreciar su San Silvestre.
 
A la hora de recoger la bolsa con las sudaderas del ropero me dice el que me la da "puedo hacerte una foto" y le miro y le digo "tume hiciste una foto el año pasado!". Eran los mismos chicos que nos habían hecho fotos el año pasado disfrazados de Goku y Vegeta.
 
El punto negro de la carrera fue el fallecimiento de un corredor en Atocha y ver al SAMUR intentar reanimarle sin conseguirlo nos marcó el resto de la carrera. Que descanse en paz, o como dirían en tiempos de nuestro disfraz requiescant in pace.
 

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